sábado, 27 de mayo de 2017



NEUTRALIZANDO LA INVASIÓN IMPERIAL III: “tratando a los manifestantes violentos de la contra como los terroristas que son”
Carlos E. Lippo




En esta fase preparatoria de la invasión que estamos viviendo en los actuales momentos, los manifestantes violentos de la contrarrevolución tienen asignada la tarea de crear y mantener una situación de violencia generalizada capaz de sumir al país en un estado tal de postración que se haga posible ejecutarla justificándola con base en unos fines supuestamente humanitarios.

Se trata de una variopinta fauna conformada por: mercenarios con formación paramilitar, nacionales y provenientes de Colombia, muy difíciles de distinguir de los nuestros por su gran parecido fenotípico; elementos del lumpen delincuencial, nacionales y extranjeros, generosamente remunerados en dinero y en especie (drogas y bebidas alcohólicas); jóvenes de las capas medias de la población, algunos de ellos hasta con estudios de pregrado, con una tremenda dosis de frustración por no poder residenciarse fuera del país o haber tenido que regresar después de haberlo intentado, también generosamente remunerados; y finalmente activistas y adherentes de los partidos de oposición que arengados por sus “líderes” y/o soliviantados por elementos de cualquiera de las categorías anteriores se tornan particularmente violentos al calor de una frustrante manifestación.

Por la imperiosa necesidad que tienen de posar para las cámaras de los grandes medios internacionales, tratando de que éstos puedan implantar la matriz mediática de que ellos son el pueblo todo rebelado en contra del gobierno revolucionario, así como por su estrategia de inculpar al gobierno de todos sus desafueros, la mayoría de sus acciones criminales las ejecutan en medio de manifestaciones públicas generalmente convocadas por sus voceros con bombos y platillos; también ejecutan acciones aisladas, apoyadas por algunos de sus adherentes, tratando de sumar a elementos descontentos que puedan encontrarse presentes en la zona, tales como los saqueos a depósitos y locales comerciales; y más recientemente han comenzado a realizar operaciones de carácter militar, de tipo comando, como los ataques a las sedes de organismos públicos, sedes militares y elementos de infraestructura vial como los puentes que fueron parcialmente volados con explosivos en la urbanización Las Mercedes de Caracas.

No creo necesario detenerme a mencionar el larguísimo listado de crímenes atroces cometidos por la contra en esta orgía de terror que alcanza ya casi los sesenta días; sólo mencionaré dos de ellos por considerarlos emblemáticos: el haber quemado vivo a uno de los suyos en la zona de Altamira, en el este de Caracas, por el único “delito” de ser negro y tener apariencia de chavista, crimen perpetrado el sábado 20 como parte de la celebración del día 50 de su aquelarre y después de haber escuchado un bochornoso e histérico “discurso” de Capriles R.; y el terror psicológico que han infundido a través de las redes sociales sobre los padres y representantes, la inmensa mayoría de ellos de clase media, que tratan de llevar  sus niños al colegio, al amenazarlos no con lesionarlos físicamente a ellos o a sus niños, pues ellos dicen ser muy considerados, pero si con bajarlos de sus carros y destrozárselos por no haber querido “colaborar con la resistencia”. ¡Sólo diré, con toda responsabilidad, que se trata de acciones típicamente terroristas en su inmensísima mayoría!

A quienes pueda parecerles exageradamente sesgada esta apreciación he de recomendarles el análisis de la definición que del acto terrorista hacía la Liga de Naciones (antecesora de la ONU), ya desde 1937, como “cualquier acto criminal dirigido contra un estado y encaminado o calculado para crear un estado de terror en las mentes de personas particulares, de un grupo de personas o del público en general”; al mismo tiempo que señalaba que: “los actos criminales encaminados o calculados para provocar un estado de terror en el público general, un grupo de personas o personas particulares para propósitos políticos son injustificables en cualquier circunstancia, cualesquiera que sean las consideraciones políticas, filosóficas, ideológicas, raciales, étnicas, religiosas o de cualquier otra naturaleza que puedan ser invocadas para justificarlos”.

Que la actuación de los manifestantes violentos de la contra y la de las autoridades civiles, alcaldes y gobernadores, cuyos cuerpos de policía los protegen, debe ser considerada como terrorismo es algo que sin ser abogados, podemos comprobar a partir de la lectura del Artículo 4 de la “Ley Orgánica contra la Delincuencia Organizada y Financiamiento del Terrorismo” (Ley Antiterrorista), vigente desde el 30 de abril de 2.012, que paso a presentar a continuación de manera resumida: “Acto terrorista es aquel acto intencionado que por su naturaleza o su contexto, pueda perjudicar gravemente a un país o a una organización internacional tipificado como delito según el ordenamiento jurídico venezolano, cometido con el fin de intimidar gravemente a una población; obligar indebidamente a los gobiernos o a una organización internacional a realizar un acto o a abstenerse de hacerlo o desestabilizar gravemente o destruir las estructuras políticas fundamentales, constitucionales, económicas o sociales de un país o de una organización internacional”.

Pero además, es que el mismo Artículo 4 señala que entre los hechos considerados terrorismo figuran: “causar destrucciones masivas a un gobierno o a instalaciones públicas, sistemas de transporte, infraestructuras, incluidos los sistemas de información, plataformas fijas o flotantes emplazadas en la zona económica exclusiva o en la plataforma continental, lugares públicos o propiedades privadas que puedan poner en peligro vidas humanas o producir un gran perjuicio económico”. ¡En suma, un verdadero catálogo de los actos vandálicos que han ejecutado los fascistas de la contra durante los últimos dos meses!

Pero no termina allí, el mismo Artículo 4 señala que un medio de cometer actos terroristas es “realizar atentados contra la vida de una persona que puedan causar su muerte y secuestrar o tomar rehenes” y define como organización terrorista a un grupo de tres o más personas asociadas con el propósito común de llevar a cabo, de modo concurrente o alternativo, el diseño, la preparación, la organización, el financiamiento o la ejecución de uno o varios actos terroristas. Definición que es aplicable en su totalidad al partiducho fundado por Leopoldo López y Carlos Vecchio (VP), actualmente dirigido por Freddy Guevara y al también fundado por López junto a Julio Borges y Henrique Capriles (PJ).

Confío en haber demostrado plenamente que tanto los mal llamados guarimberos, como sus jefes políticos, sus financistas y quienes les apoyan aun por omisión, tanto en el plano nacional como en el plano internacional son unos terroristas. Considero que como el accionar de estos terroristas debe ser detenido mucho más temprano que tarde como condición necesaria para poder neutralizar la pretendida intervención militar del imperio, no puede haber con ellos ningún tipo de tolerancia.

Siendo extremadamente fácil demostrar que estos mismos terroristas son reos del delito de rebelión, con arreglo a lo previsto por el Artículo 486 del Código Orgánico de Justicia Militar, no es necesario perder el tiempo presentándolos ante la justicia penal ordinaria sino que hay que llevarlos directamente a los tribunales militares.

Tenemos que tener presente que después de que los terroristas que quemaron la humilde vivienda de un agricultor y artista plástico merideño, por el sólo “delito” de ser chavista, aun estando confesos del hecho, fueron puestos en libertad e imputados sólo por el delito de incendio por la fiscalía de Luisa Ortega, no puede esperarse de la jurisdicción civil ningún tipo de justicia; por ello celebro que hayan sido presentados ante un tribunal militar a comienzos de esta semana, tanto el profesor encargado de la “formación ideológica” de VP, coordinador del ataque a la Base Aérea Francisco de Miranda y otras muchas acciones terroristas, cuyo narcisismo de mostrar sus “hazañas” en sus redes sociales le da la condición de terrorista confeso, como su financista, un “empresario” legitimador de capitales provenientes del delito, apresado en posesión de más de 30.000 piezas de billetes de alta denominación.

¡Contra la impunidad de los terroristas, aplicación a fondo de la justicia militar!
¡La intervención del imperio es neutralizable!
¡Prohibido fallarle a la Patria, prohibido fallarle a la Revolución… prohibido fallarle a Chávez, carajo!
¡El presente es de lucha, el futuro nos pertenece!
¡Venceremos!



celippor@gmail.com
Caracas, mayo 27 de 2017

miércoles, 24 de mayo de 2017



NEUTRALIZANDO LA INVASIÓN IMPERIAL II: “aprovechando la ayuda ofrecida por Rusia”
Carlos E. Lippo





En el primero de los artículos de esta serie, publicado tres días atrás en este mismo portal, señalábamos que es un hecho comprobado que el imperio intenta conducirnos de forma acelerada a un conflicto fratricida, cuyas nefastas consecuencias, sumadas a los estragos ya causados por la guerra de cuarta generación que nos han venido aplicando desde hace años, le permitiría justificar ante la opinión pública internacional una intervención militar en nuestro país con el apoyo de la canalla mediática nacional e internacional.

Señalábamos también que el escenario de invasión que estaban intentando aplicarnos es, ni más ni menos, el mismo escenario ejecutado en su totalidad en contra de Libia, en el año 2011, con la venia del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas y el apoyo de la OTAN que, dicho sea de paso, es similar al que han estado intentando materializar en Siria, desde el mes de julio de ese mismo año, también con el apoyo de la OTAN aunque sin el consentimiento de la ONU.

La similitud de nuestra situación actual con la del inicio de la guerra civil en Siria, descrito por el propio presidente Bashar Al Assad en una reciente entrevista realizada por TeleSur, no debería dejar lugar a dudas en relación a este último supuesto; pero en previsión de que las hubiese, he aquí las citadas declaraciones: "… al principio decían que las marchas en Siria eran pacíficas, pero al ver que no se propagaron las marchas y las protestas, infiltraron en ellas a sujetos para disparar a ambas partes, lo que produjo muertos. Entonces empezaron a decir que el gobierno mataba al pueblo". ¡Cuánta similitud con las circunstancias en las cuales han caído varios jóvenes opositores, víctimas de asesinatos selectivos ejecutados por elementos que fingían ser sus propios compañeros de lucha!

Aunque el heroico pueblo sirio conducido por su presidente ha logrado resistir sin haber sucumbido ante el feroz embate del imperio y sus aliados durante los últimos 6 años, se encuentra ahora con una economía totalmente destruida, que según algunos expertos tardaría más de 30 años en ser reconstruida y lo que es más grave, con bastante más de un cuarto de millón de víctimas mortales y casi 12 millones de desplazados, más de 4 millones de ellos pujando por hacer vida en la Unión Europea, después de una larga travesía adelantada en medio de las condiciones más adversas, riesgosas y denigrantes que se pueda concebir.

Consideramos que la hermana República Democrática, Popular y Socialista de Siria ha logrado mantenerse en pie, gracias a:
  1. La acción heroica del pueblo todo, incluyendo una parte importante del pueblo opositor, que junto a las fuerzas armadas han logrado propinar importantes derrotas al invasor extranjero.
  2. La firmeza revolucionaria del equipo político dirigente, personificado en el Presidente Bashar Al Assad y el partido Baaz.
  3. El apoyo diplomático de Rusia y China, materializado en el veto en el Consejo de Seguridad de la ONU, al establecimiento de una zona de exclusión aérea sobre Siria, que al igual que en el caso de Libia hubiese servido de excusa para la invasión militar directa.
  4. El apoyo militar directo que le ha venido brindando el gobierno de la Federación de Rusia, sin el cual las fuerzas revolucionarias sirias no estarían a punto de derrotar totalmente al invasor extranjero, expulsándolo de su territorio, como confiamos que finalmente habrá de ocurrir.

Siendo el caso que nosotros no podemos contar con el apoyo de ninguna porción significativa del pueblo opositor, a pesar de que de lo que se trata es de defender la patria que es de todos, considero que debemos trabajar para potenciar aquellos puntos que ya hemos logrado satisfacer, como lo son: la unidad cívico militar sobre la base del pueblo chavista; la firmeza revolucionaria del equipo dirigente y el apoyo diplomático de Rusia y China en la ONU, quedando pendiente por aprovechar la ayuda que reiteradamente nos ha venido ofreciendo el gobierno de Rusia.

En relación a dicha ayuda es oportuno y conveniente recalcar que hace muy pocos días la señora María Zajárova, portavoz de la cancillería rusa, en la oportunidad en que rechazaba enfáticamente el infundio de que Venezuela representa una amenaza para la paz y la seguridad de la región, como ha llegado a plantear el imperio hasta en el Consejo de Seguridad de la ONU y repite hasta el cansancio la canalla mediática internacional, reiterando su llamado a Washington y a otros actores a trabajar juntos para disminuir la tensión en Venezuela, dijo textualmente: "Si se solicita la participación de Rusia en la normalización de los procesos internos de Venezuela, ofreceremos esta cooperación en el nivel que se nos pida". Siendo también oportuno señalar que declaraciones del mismo tenor han sido dadas por la misma vocera, por el canciller Lavrov y hasta por el mismísimo presidente Putin, quien inclusive habló telefónicamente con el presidente Maduro, a lo largo de los últimos cincuenta días.


Es bueno apuntar que en materia militar ha estado planteado perfeccionar una alianza estratégica con Rusia desde que el propio Comandante Chávez así lo sugiriese en el año 2008, como puede deducirse de un discurso pronunciado en la visita realizada a ese país amigo durante ese año, en el cual señaló lo siguiente: "Rusia tiene suficiente potencial como para garantizar su presencia en diferentes partes del mundo. Si las Fuerzas Armadas rusas quieren estar en Venezuela, serán recibidas calurosamente" (http://www.bbc.co.uk/mundo/ultimas_noticias/2014/02/140226_ultnot_rusia_bases_msd.shtml).

Es evidente que cualquier apoyo militar que nos pudiese brindar Rusia se facilitaría enormemente por ser ese país nuestro mayor suplidor de sistemas de armas y efectos militares y por la existencia de importantes acuerdos de cooperación como el ratificado en el año 2009, en el marco del cual se han realizado algunas maniobras conjuntas en el área del Caribe.

A pesar de que existe una disposición constitucional que proscribe el establecimiento de bases militares extranjeras en el territorio nacional (Artículo 13), ello no representaría un obstáculo insalvable para recibir una ayuda militar como la recibida por Siria desde la base rusa de Tartus, alojada en su propio territorio, puesto que las naves rusas podrían fondear en nuestros apostaderos navales y sus aeronaves podrían ser reaprovisionadas en el aire.

De los temas tratados en la conversación telefónica Maduro-Putin días atrás sólo trascendió que se habían logrado importantes acuerdos en materia de la estrategia petrolera que se viene adelantando en forma conjunta Rusia-Venezuela con los países miembros de la OPEP, así como importantes acuerdos para suministro de alimentos y medicinas; ojalá se hayan podido concretar acuerdos en materia militar, pues no debemos esperar tanto como esperó Siria, que sólo comenzó a recibir la ayuda militar directa de Rusia en marzo de 2015, cuando ya los daños era bastante considerables.

¡No queremos combatir contra los Estados Unidos ni contra ningún país del mundo pero, si insisten en venir contra nosotros les propinaremos su segunda derrota militar en América!
¡Prohibido fallarle a la Patria, prohibido fallarle a la Revolución… prohibido fallarle a Chávez, carajo!
¡El presente es de lucha, el futuro nos pertenece!
¡Venceremos!



celippor@gmail.com
Caracas, mayo 24 de 2017

lunes, 22 de mayo de 2017

NEUTRALIZANDO LA INVASIÓN IMPERIAL I: “parándole el trote al gobierno burgués colombiano”

Carlos E. Lippo



Al día de hoy es un hecho comprobado que el imperio intenta conducirnos de forma acelerada a un conflicto fratricida, cuyas nefastas consecuencias, sumadas a los estragos ya causados por la guerra de cuarta generación que nos han venido aplicando desde hace años, le permitiría justificar ante la opinión pública internacional una intervención militar en nuestro país con el apoyo de la canalla mediática nacional e internacional.
Está absolutamente claro que siendo tan cobarde y vergonzante como para asumir los costos sociales, militares, políticos y económicos de esta intervención, el imperio preferiría ejecutarla por medio de una fuerza multinacional latinoamericana organizada y coordinada en apariencia por la Organización de Estados Americanos (OEA). Esto es, que estarían intentando aplicarnos, ni más ni menos, que el mismo escenario ejecutado en su totalidad en contra de Libia, en el año 2011 con el apoyo de la OTAN, que además es similar al que han estado intentando materializar en Siria, desde el mes de julio de ese mismo año.
En apoyo a la veracidad del planteamiento anterior podemos señalar los reiterados intentos del secretario general de la OEA por aplicarnos todo tipo de sanciones, pasando incluso por encima de la propia legalidad de esa organización, así como la insistencia de Donald Trump, lindante ya con la obsesión, de tratar el “tema venezolano”, personal y/o telefónicamente con los presidentes de los países latinoamericanos que le son más afectos: Colombia, Perú, Méjico, Argentina, Chile y Brasil, solicitándoles su ayuda para “resolverlo”, naturalmente que a la manera gringa, esto es, a sangre y fuego.
En verdad nos cuesta creer que los gobiernos de Perú, Méjico, Argentina, Chile y Brasil, por más cipayos que estos sean, se atrevan a conformar una fuerza militar conjunta para invadirnos. No es que dejarían de hacerlo por respeto a sí mismos o por solidaridad con Venezuela; considero que se excusarían de participar en esta infamia por el inmenso temor que le tienen a una previsible reacción de sus oprimidos pueblos, cuyas vanguardias sociales y políticas han venido dando claras demostraciones de solidaridad con Venezuela y su revolución.
No es éste el caso del narcoparamilitar gobierno burgués colombiano, totalmente intervenido por el imperio desde que acosado por las fuerzas militares revolucionarias y con la excusa de combatir el narcotráfico que realmente promueve, suscribió los infamantes acuerdos de tutelaje militar conocidos con el nombre de “Plan Colombia”, con arreglo al cual ha entregado íntegramente la soberanía a cambio de miles de millones de dólares anuales en “ayuda militar”. Y es que para ese altamente impopular gobierno, el obedecer ciegamente al imperio es una verdadera cuestión de vida o muerte.
La participación del ejército regular colombiano en una aventura bélica en contra de Venezuela, satisfaciendo exigencias del imperio, es un hecho más que probable en momentos en los cuales los más de 20.000 hombres que conformaban las FARC-EP, quienes podrían accionar sobre su retaguardia en caso de un eventual conflicto, se encuentran en proceso de desmovilización con arreglo a los acuerdos de paz suscritos. Pero es que además esa malhadada aventura bélica ya se ha iniciado mediante las células paramilitares que han venido participando en las jornadas terroristas de las fuerzas de la contra, fundamentalmente en los estados fronterizos.
A quienes tengan alguna duda sobre lo escrito anteriormente habría que preguntarles cómo es que  interpretan las coincidencias del presidente Santos con Donald Trump, en relación al diagnóstico sobre el  “problema venezolano” y su oferta de ayuda para “resolverlo”, durante el desarrollo de la misma rueda de prensa en la que el máximo jerarca formal del imperio señaló petulantemente que haría "lo que sea necesario para arreglar eso", en referencia a la situación venezolana.
Compartimos íntegramente la caracterización del gobierno colombiano hecha por nuestro gobierno en el reciente comunicado de rechazo a las acciones injerencistas de Santos y Trump en ocasión de la rueda de prensa antes mencionada, en la que se señala textualmente que: “Resulta sorprendente que el presidente Trump se dice preocupado por Venezuela al lado del presidente del país que es el principal productor de drogas del mundo, que ostenta las mayores fosas comunes del continente, que cuenta con nueve mil quinientos presos políticos y sesenta mil seiscientas treinta personas desparecidas en los últimos 45 años; donde según el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), uno de cada tres niños vive en condiciones de pobreza multidimensional, donde el 80% de los niños no tienen acceso a la educación inicial, donde la mitad de los trabajadores están en el sector informal, donde el 42% de hogares rurales vive en condiciones de inseguridad alimentaria, donde los paramilitares y el narcotráfico controlan la vida política, económica y social del país, y donde además, Estados Unidos tiene siete bases militares que amenazan la paz regional”.
Interpretando este planteamiento como una señal inequívoca de que el gobierno revolucionario se propone pararle el trote al gobierno burgués colombiano, nos permitimos sugerir a la Secretaría General del Consejo de Defensa de la Nación, la consideración de las siguientes medidas, encaminadas a dar la más oportuna respuesta a la problemática existente:
  1. Decretar la ruptura de relaciones comerciales con Colombia: ni un litro de gasolina más para el ingrato país que amenaza con invadirnos.
  2. Decretar el cierre total e indefinido de la frontera terrestre con Colombia, como una medida efectiva para neutralizar el accionar bélico colombiano en lo referente a los ataques continuados en materia de guerra económica y monetaria vía contrabando de extracción de bienes y papel moneda, así como también para evitar el paso los elementos paramilitares frecuentemente contratados por la contrarrevolución.
  3. Diseñar e implantar, con la urgencia del caso, un agresivo plan de reclutamiento y formación que nos conduzca a disponer de un cuerpo de milicias de no menos de un millón de efectivos, al más breve plazo posible.
  4. Continuar desarrollando y profundizando, la segunda fase del Plan Zamora 200, recientemente activada con el envío de efectivos de la GNB y tropas de acciones especiales al estado Táchira.
  5. Iniciar las acciones requeridas para activar los mecanismos contemplados en todas las alianzas estratégicas de carácter militar acordadas por el país.
¡No podemos permitir que nuestro país sea obligado a seguir el mismo camino seguido por Siria!
¡Prohibido fallarle a la Patria, prohibido fallarle a la Revolución… prohibido fallarle a Chávez, carajo!
¡El presente es de lucha, el futuro nos pertenece!
¡Venceremos!
celippor@gmail.com
Caracas, mayo 21 de 2017

domingo, 14 de mayo de 2017



Contra la impunidad se requiere aplicar a fondo la Justicia Militar
Carlos E. Lippo




A todo lo largo de estos casi dieciocho años de revolución la impunidad de los delitos en contra de las instituciones y los funcionarios del gobierno revolucionario, así como en contra de la integridad del propio estado venezolano ha venido siendo, lamentablemente, una indeseable constante. Son emblemáticos casos como: el de los oficiales superiores, cabecillas del golpe de abril, absueltos por el Tribunal Supremo de Justicia de la época; el de los cabecillas del paro-sabotaje petrolero, responsables de causar pérdidas milmillonarias en divisas al estado venezolano; el de los firmantes del decreto de Carmona, que estaba bajo la atención del Fiscal Danilo Anderson al momento de su terrible asesinato, así como el de los autores intelectuales de tan abominable crimen y pare usted de contar; siendo siempre oportuno destacar el impacto adverso que esta grosera impunidad asesta sobre la moral del pueblo revolucionario.

Más recientemente, la oprobiosa impunidad de la que vienen gozando personajillos como María Machado, Henrique Capriles, Julio Borges, Henry Ramos, Freddy Guevara, Luis Florido y demás alabarderos y cipayos del imperio norteamericano, reos convictos, y hasta confesos algunos de ellos, del delito de traición a la patria, se ha venido constituyendo en un poderosísimo estímulo para quienes sin el menor pudor son capaces de vender su patria al mejor postor, esto es, para la inmensa mayoría de nuestra oposición política.

La hipótesis de que la causa fundamental de esta pavorosa impunidad habría que buscarla en el hecho de que el Ministerio Público estaba penetrado hasta los tuétanos por agentes de la contrarrevolución, planteada por nosotros en más de media docena de artículos publicados en este mismo portal durante los últimos tres años, ha tenido en los últimos días una infausta comprobación a través de las posiciones políticas asumidas por la titular de ese despacho, Luisa Ortega Díaz, que sin rubor alguno se ha pasado con armas y bagajes al bando de la contrarrevolución, traicionando así los ideales, principios y hasta la competencia que en su momento le atribuyó la mayoría parlamentaria que la designó para desempeñar tan alto cargo.

Para intentar acabar con la impunidad de quienes con sus acciones abiertamente delictivas están atentando contra la paz interior y contra la integridad y la soberanía de la patria, se impone la necesidad de procesarlos ante la muy vilipendiada Justicia Militar, algo cuya absoluta legalidad y legitimidad intentaremos demostrar en los párrafos siguientes.

En efecto, la Justicia Militar en Venezuela está fundamentada por nuestra Constitución en su artículo 261, que señala textualmente: "La jurisdicción penal militar es parte integrante del Poder Judicial, y sus jueces o juezas serán seleccionados o seleccionadas por concurso. Su ámbito de competencia, organización y modalidades de funcionamiento, se regirán por el sistema acusatorio y de acuerdo con lo previsto en el Código Orgánico de Justicia Militar. La comisión de delitos comunes, violaciones de derechos humanos y crímenes de lesa humanidad, serán juzgados por los tribunales ordinarios. La competencia de los tribunales militares se limita a delitos de naturaleza militar. La ley regulará lo relativo a las jurisdicciones especiales y a la competencia, organización y funcionamiento de los tribunales en cuanto no esté previsto en esta Constitución."

Para continuar debemos señalar que un delito militar, es toda acción u omisión que esté constituida por infracciones o violaciones del orden, disciplina o deberes militares. Debemos señalar también que los delitos militares no están tipificados en el Código Penal, como si lo están los de naturaleza civil, sino en el Código Orgánico de Justicia Militar (1), cuyo artículo 123 establece en su numeral 2, que la justicia penal militar comprende, entre otros temas: Las infracciones militares cometidas por militares o civiles, conjunta o separadamente. De lo anteriormente señalado resulta evidente que quienes cometan delitos de naturaleza militar deberán ser juzgados por Tribunales Militares.

Lo dicho hasta ahora es más que suficiente para desmontar la falacia de que los civiles no pueden ser juzgados en ningún caso por los tribunales militares, que es la nueva matriz mediática que tratan de implantar los principales voceros de la contra en momentos en los cuales apenas comienzan a ser presentados terroristas de la contra ante los tribunales militares. Sobre este tema resultan emblemáticos los señalamientos de Henry Ramos Allup, ante un babosísimo Vladimir Villegas, quien lo miraba extasiado en la entrevista de Globo Visión del pasado 10 de mayo, entre los cuales destacan: “En ningún caso un civil puede ser juzgado por tribunales militares, incluso si cometen un delito militar… los tribunales militares son para juzgar a militares activos por delitos militares” (2). Estúpidas frases de quien al parecer se sacó el título de abogado en una caja de “ACE”, que para legarlas a la posteridad deberían ser esculpidas en una barra del mismo material utilizado por los terroristas de la contra para fabricar los asquerosísimos artilugios que ellos han dado en llamar “bombas puputov”.

Examinando el accionar callejero de los supuestos manifestantes pacíficos de la contra durante las últimas cinco semanas a la luz del articulado del Código Orgánico de Justicia Militar, no resulta difícil concluir que los integrantes de dichas hordas han incurrido al menos en la comisión del delito de Rebelión contemplado en el Artículo 476, que en su numeral 1 establece textualmente, “… que la rebelión militar consiste en promover, ayudar o sostener cualquier movimiento armado para alterar la paz interior de la República o para impedir o dificultar el ejercicio del Gobierno en cualquiera de sus poderes”.


Abundando sobre el tema debemos decir que el Artículo 486 del COJM, establece que la rebelión  es un delito militar aún para los no militares,  si concurren algunas de las circunstancias siguientes:

  1. Que  los  rebeldes  estén   mandados  por militares,  o  que  el movimiento  se  inicie,  sostenga  o  auxilie  por  fuerzas nacionales.
  2. Que formen partidas militarmente organizadas y compuestas por diez o más individuos.
  3. Que aun formando partidas en menor número de diez, existan en otros puntos de la República partidas o fuerzas que se propongan el mismo fin.
  4. Que hostilicen en cualquier forma a las fuerzas nacionales.

Tomando como ejemplo el reciente ataque perpetrado sobre la Base Aérea Francisco de Miranda en La Carlota (3), durante el cual las hordas armadas de la contra derribaron parte importante de la extremadamente robusta cerca perimetral, lanzaron piedras y bombas molotov y provocaron con insultos y obscenidades a los efectivos de la Guardia Nacional Bolivariana que intentaban repeler la agresión, es muy fácil concluir que con este tipo de acciones se estaría cumpliendo con todos los supuestos contemplados por el Artículo 486, con excepción del señalado en primer término, ya que la unidad cívico-militar está y seguirá estando de nuestro lado.

Una demostración fehaciente de que en medio de los supuestos manifestantes pacíficos y los grupos anarquizados operan “partidas militarmente organizadas” (paramilitares), la constituye el excelente trabajo de Nathalí Gómez, ilustrado con fotografías y un impactante video de Boris Castellano, publicado por RT el día de ayer (4), que recomendamos no dejar de leer.

Otro delito hasta ahora impune, que puede y debe ser juzgado sin más dilación en el ámbito de la Justicia Militar es el de traición a la patria, contemplado tanto por el Código Penal como por el Código Orgánico de Justicia Militar, cuyos principales autores (Machado, Capriles, Borges, Guevara, Ramos, Florido, etc.) han procedido con tal desparpajo, que lo han cometido en medio de actos públicos, notorios y comunicacionales, lo cual equivale a una tácita confesión de parte, con el consiguiente relevo de pruebas.

Para finalizar, confiando en haber demostrado la necesidad, legalidad y legitimidad de ventilar la mayoría de los delitos cometidos por los terroristas y dirigentes vende patria de la contra, en el ámbito de la Justicia Militar, considero oportuno decir que en Venezuela la justicia es una sola y que la justicia penal militar que es simplemente una jurisdicción especial, ofrece inclusive ventajas al reo en el sentido de que prácticamente no existe el retardo procesal puesto que los horarios y lapsos se suelen cumplir a cabalidad.

¡Prohibido fallarle a la Patria, prohibido fallarle a la Revolución… prohibido fallarle a Chávez, carajo!
¡El presente es de lucha, el futuro nos pertenece!
¡Venceremos!


celippor@gmail.com
Caracas, mayo 14 de 2017