martes, 6 de febrero de 2018

¿Se encuentra ya en su fase final el proyecto invasor del imperio sobre Venezuela?
Carlos E. Lippo


“Los Estados Unidos parecen destinados por la Providencia para plagar la América de miseria a nombre de la libertad.”
Simón Bolívar



Una de las primeras ocasiones en las que escribimos sobre este nefasto proyecto de invasión fue en mayo del año 2013, pocas semanas después de la desaparición física del Comandante Chávez y de la victoria electoral del Presidente Maduro. En aquella ya lejana oportunidad presentábamos un análisis que con base en consideraciones económicas, políticas y geopolíticas intentaba demostrar que la invasión yanqui era un hecho casi fatal y que la decisión de invadirnos ya había sido tomada en El Pentágono, quedando sólo por determinarse, cuándo invadirían y de qué forma lo harían, temas sumamente importantes para intentar desmontar el dispositivo invasor por vía de su denuncia a nivel nacional e internacional, así como para poder diseñar y desarrollar en forma conjunta, gobierno y pueblo revolucionario, los planes requeridos para contrarrestar la agresión en caso de no haber logrado abortarla.

Tratando de aproximarnos al conocimiento de cómo habría de producirse la inexorable invasión publicamos a partir de marzo de 2014 y hasta septiembre de 2018, una serie de artículos [(1), (2), (3) y (4)], en los cuales definíamos un conjunto de escenarios de invasión factibles, formulados con arreglo al análisis de algunas de las innumerables invasiones realizadas por el imperio desde la segunda mitad del siglo XX al mismo tiempo que evaluábamos su factibilidad de ocurrencia en las circunstancias de cada momento.

Mucho hemos querido equivocarnos en la apreciación de que la decisión de invadirnos ya había sido tomada; ocurre sin embargo que el proyecto invasor ha seguido su curso inexorable, como lo evidencian entre muchos otros los siguientes hechos:

·         La emisión de la Orden Ejecutiva # 13692 del 8 de marzo de 2015, suscrita por Barack Hussein Obama, que declara a Venezuela como una amenaza inusual y extraordinaria para la seguridad nacional de EEUU, tratándose ésta de un tipo de acción que ha sido un paso previo común a todas las invasiones que han ejecutado o intentado ejecutar, en el último medio siglo.

·         La estrategia que ha venido desarrollando el Comando Sur y la contrarrevolución venezolana tutelada por esa máquina de guerra, con arreglo a los ocho objetivos definidos en el documento suscrito por su comandante general, el almirante Kurt Tidd, identificado con el título “Venezuela Freedom-2 Operation - Phase preceding - Executive summary. 25.2016, February/Admiral Kurt W. Tidd, Commander U.S. Southern Command (SOUTHCOM)”, filtrado oportunamente por algunos camaradas y analizado en detalle por nosotros en varias notas anteriores.

·         Unas terribles declaraciones ofrecidas por el mismísimo Donald Trump a comienzos del mes de agosto de 2017, luego de reunirse con su secretario de Estado, Rex Tillerson; su asesor de seguridad nacional, H.R. Mc Master; y su embajadora ante la ONU, Nikki Haley, en las cuales, y con el mayor desparpajo, nos amenaza con una intervención militar (5).

·         La celebración de la “VII Conferencia Sudamericana de Defensa”, en Lima, Perú, durante los días 23 y 24 de agosto del pasado año, reunión en la cual bajo la dirección del almirante Tidd, jefes militares de Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Estados Unidos, Paraguay, Perú y Uruguay, determinaron nuevas estrategias para "enfrentar amenazas militares" y "atender" la crisis en Venezuela” (6); hecho que demuestra de manera palmaria que no se trata de simples especulaciones nuestras el decir que el imperio esté tratando de conformar una fuerza multilateral para invadirnos.

·         La gira desarrollada por el vicepresidente Pence por Colombia, Argentina, Chile y Panamá, pocos días después de que su jefe profiriese sus amenazas de intervención militar, en procura del apoyo militar de esos países para invadir a Venezuela; con el agravante de que estando en el “Estado Forajido de Colombia”, se atrevió a tildarnos de “estado fallido” (7), al igual que antes otros funcionarios de igual o mayor jerarquía lo hicieron con países que luego resultaron invadidos: Afganistán, Irak y Libia, entre ellos.

·         La ejecución de al menos ocho maniobras militares conjuntas, algunas de ellas muy cercanas a las fronteras venezolanas, entre los meses de junio y noviembre de 2017 (8), una cantidad realmente inusitada tomando en consideración que en los últimos años, aparte de las Maniobras Navales UNITAS sólo de venían celebrando ejercicios conjuntos en las inmediaciones del Canal de Panamá; con el agravante de que en tales ejercicios han acompañado a las fuerzas del imperio no sólo efectivos militares de los países de la región que le son más sumisos, sino también de algunos países miembros de la OTAN, de aquellos que hacen muy poco esfuerzo por disimular su avidez por ponerle la mano a nuestros ingentes recursos minerales de carácter estratégico.

Que el proyecto invasor gringo se encuentre, a juicio nuestro, en la fase final de su desarrollo es algo previsible por la desesperación de las máximas autoridades del imperio ante la manifiesta incapacidad exhibida por la contrarrevolución venezolana para dar al traste con la revolución bolivariana; en apoyo de esta hipótesis consideramos que es más que suficiente hacer mención de los siguientes hechos:

·         La reciente instalación de dos bases militares estadounidenses de acción rápida en las comunidades de Vichada y Leticia, en el departamento colombiano de Amazonas, limítrofe con Venezuela por el sur oeste del país, según lo denunciara el periodista José Vicente Rangel (9). Estas bases que vienen a sumarse a las no menos de nueve ya existentes, significan un paso importante en la ocupación militar de Colombia, considerada por el difunto senador estadounidense Paul Coverdell como un paso previo necesario para invadir a Venezuela.

·         Un incremento notable de la actividad paramilitar colombiana en las cercanías de nuestra frontera, que ha venido incrementándose desde que en marzo de 2017 la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) hubiese desmantelado un campamento, en el que estaban concentrados 120 paramilitares (10); siendo necesario hacer notar que en dicho campamento fueron encontrados uniformes de los ejércitos colombiano, venezolano y estadounidense, asociados sin duda alguna a las operaciones de falsa bandera, o “falsos positivos” que se pudiesen estar gestando en nuestra contra.

·         La contundente derrota que habrá de sufrir la contrarrevolución venezolana en las elecciones presidenciales a ser celebradas antes del 30 de abril, cualquiera que sea la forma bajo la cual participe, unida o dividida, si es que en definitiva decide participar. La derrota electoral de la contra es totalmente previsible debido al abandono de sus adherentes a causa de sus reiteradas políticas extremadamente erráticas, la última de las cuales ha sido el coincidir con el imperio en pretender implantar la matriz de opinión de que se trata de unas elecciones ilegales, cuando según los resultados de la más reciente encuesta de una de las pocas encuestadoras serias del país, con base en 1.580 entrevistas directas en hogares, realizadas entre el 08/12/2017 y el 31/01/2018, un 65 % expresó estar de acuerdo con su celebración entre los meses de marzo y abril, mientras sólo el 32 % dijo estar en desacuerdo (11).

·         El temprano inicio de los ejercicios militares conjuntos en la región, marcado por las maniobras “Nuevos Horizontes”, en ejecución desde comienzos de enero y hasta el mes de julio, en el marco de las cuales se permitirá a 415 miembros de la fuerza aérea gringa portar armas y gozar de privilegios diplomáticos en territorio panameño, violando la constitución panameña, el derecho internacional y el “Tratado Permanente de Neutralidad de la Zona del Canal”. Esto último muy grave en opinión del internacionalista de origen panameño y miembro de la Red Voltaire, Julio Yao Villalaz, por poner en riesgo la integridad del canal y del istmo, ante el legítimo derecho de ataque que asistiría a Venezuela, en represalia por “una intervención militar regional que EEUU lleva años planeando para derrocar al gobierno de Venezuela y destruir su revolución” (12).

·         La extremadamente grotesca acción injerencista protagonizada por el secretario de estado Tillerson en un discurso pronunciado el pasado 01 de febrero en la Universidad de Texas, con el cual trató de incitar a la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) a ejecutar un golpe de estado, por medio de la siguiente cita textual: "En la historia de Venezuela y de otros países sudamericanos, muchas veces el ejército es el agente de cambio cuando las cosas están mal y el liderazgo ya no puede servir a su gente" (13). Pero no contento con la infame acción injerencista, en la misma pieza oratoria, volvió a lanzar la amenaza de invasión, esta vez con las siguientes hipócritas palabras: "Nosotros queremos que sea un cambio pacífico. Eso siempre es mejor que la alternativa: un cambio violento".

·         La gira iniciada por Tillerson el mismo día del discurso, que habrá de llevarle a Méjico, Argentina, Perú, Colombia y Jamaica, que no puede ser catalogada sino como un nuevo capítulo de la opción intervencionista de la administración Trump en Venezuela, y que según el comunicado emitido por el departamento de estado informando sobre la misma, se trata de que el secretario instará a sus socios a promover un hemisferio “seguro, próspero, democrático y con seguridad energética”, lo cual obviamente significa poner a Venezuela en el centro de las discusiones y en la mira de los ataques.

·         Una terrible opinión emitida por el decano de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la Academia Rusa de Economía y Administración Pública Nacional, Alexánder Chichin, quien en ocasión de la mencionada gira de Tillerson ha dicho textualmente lo siguiente: "EE.UU. también está intentando apoderarse del petróleo latinoamericano. Quieren comerciar con éste ellos mismos" (14), y todos sabemos a quién pertenece la inmensísima mayoría de este petróleo. Concluye el decano diciendo: "Su estrategia (la de EEUU) está clara: controlarlo todo, cierran en sí todas las palancas económicas. Ahora, EEUU se ha puesto serio con América Latina. Siempre la consideraban su 'patio trasero', pero ahora han decidido poner este patio en orden según sus reglas".

·         La intención del gobierno gringo de imponer un embargo petrolero a Venezuela, revelada por el inefable Tillerson el pasado domingo, desde la Argentina, agresivo gesto que fue respondido magistralmente por el Presidente Maduro al decir que Venezuela no permite amenazas ni bloqueos a nadie, y que en caso de que Washington nos imponga un embargo petrolero, Venezuela expandirá sus negocios con otros países, dispuestos a comprar nuestro crudo (15).

·         La primera emisión del Petro, la criptomoneda venezolana respaldada inicialmente por el petróleo de la Faja Petrolífera del Orinoco Hugo Chávez, prevista para el 20 de los corrientes (16), con la amenaza que este hecho representa sobre el dólar estadounidense y la posibilidad que nos ofrece de comenzar a romper el bloqueo económico financiero impuesto por el imperio.

Llegando ya al final de estas notas debo decir responsablemente que considero que el imperio habrá de intentar algún tipo de intervención violenta sobre Venezuela antes del día de la celebración de las próximas elecciones presidenciales.

Dicha intervención podría iniciarse con una incursión de paramilitares desde Colombia que tuviese el propósito de “liberar” una pequeña zona del territorio nacional, suficiente para instaurar un gobierno paralelo que solicitase la venida de la fuerza multiestatal que durante tanto tiempo ha estado aprestando con los ejercicios militares conjuntos; también podría iniciarse con base en un “falso positivo” generado por el narcoparamilitar gobierno colombiano.

Como ya dije en una anterior oportunidad, si en verdad se atreven a invadirnos, debo reiterarles de la mano del refranero español, que no les arriendo la ganancia, ya que más temprano que tarde habremos de derrotarlos con la ayuda de los gobiernos y pueblos americanos dignos y de las potencias amigas. Lo lamentable será que antes de que esto ocurra, Nuestra América, declarada por la CELAC territorio de paz, se verá convertida en un gigantesco infierno en medio de las cruentas luchas antiimperialistas de todos sus pueblos dignos y soberanos.

¡Hasta la Victoria Siempre!
¡Patria o muerte!
¡Venceremos!
celippor@gmail.com
Caracas, febrero 06 de 2018


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